En 2009 escribí cuatro entradas en mi antiguo blog acerca de la influenza A H1N1.
Ahora veo que no hay
mucha diferencia en algunas cosas:
- La desconfianza en las cifras del gobierno (aunque ahora es un sector distinto de la población quien desconfía)
- El encierro, voluntario o no, para evitar el contagio
- La incapacidad de más del 50% de la población de parar sus actividades
- El estornudo de etiqueta y el lavado de manos (que jurábamos que después de muchos años íbamos a seguir haciendo... spoiler alert: nos siguen teniendo que recordar que lo hagamos y no lo hacemos)
- Los listos que lucran con la epidemia.
- El humor, las canciones, los chistes (y ahora los memes)
Ahora
hay un par de cosas nuevas que me preocupan un poco:
- Las compras de pánico de cosas que en realidad no necesitas
- Gente exigiendo que le retiren sus derechos (a él y a todos) con tal de estar seguros
Lo
que hace once años no vi o no entendí o quizás en ese momento no había pasado,
pero ahora sí: hay una falta de
entendimiento de nuestro propio país, de nuestra propia realidad, sobre todo de
un sector que todo lo ve a través de las pantallas de sus teléfonos.
El
mundo cambia, esperamos que este pequeño virus nos haga cambiar a nivel global,
a nivel social y a nivel personal... pero después de once años seguimos sin
taparnos la boca al toser, sin hacer el estornudo de etiqueta. Difícilmente va a cambiar lo demás. Algunos
cambiarán, otros no. Lo que va a cambiar es la economía y eso es algo para lo
que debemos prepararnos.
Por
ahora sólo queda organizarnos. Organizar la vida en la cuarentena, lo que viene
después, los horarios para escribir, revisar, editar y diseñar. El trabajo en
casa.
Cuídense y lleven a Susana Distancia con ustedes.
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